El Betis toma superioridad en el minuto 54. Penalti claro de Antonio Rüdiger sobre Jesús Rodríguez cuando se quedaba solo delante Courtois. El árbitro no dudó y señaló la pena máxima.
El encargado de divulgar fue Isco. Con frialdad, ajustó su disparo a la izquierda. Courtois adivinó la dirección, pero no pudo evitar el gol. 2-1 y demencia en el Villamarín.
Celebración inesperada
Lo sorprendente llegó posteriormente. Isco, exmadridista, no se contuvo. Gritó el gol con furia, puños en suspensión y examen desafiante con destino a la rastra.
Muchos esperaban una celebración más contenida. Su pasado blanco es flamante, pero el malagueño lo vivió como un bético más.
Las reacciones no se hicieron esperar. En redes, aficionados del Efectivo Madrid se mostraron molestos. «Siempre dijo que sentía el club, pero mira cómo celebra», comentaban algunos.
Otros, en cambio, defendieron su comportamiento: «Ahora juega para el Betis, tiene derecho a celebrarlo».
Rüdiger, en el foco
El central germano además ha sido criticado. Su entrada fue excesivamente sólido, un cruce que rozó la imprudencia. Trabo por detrás a Jesús Rodríguez, sin opción de disputar el balón. «No puedes regalar un penalti así», se quejaban los aficionados merengues.
Con este gol, el Efectivo Madrid se encuentra en una situación complicada. Necesita reaccionar rápido para evitar una derrota que podría costarle puntos secreto en la lucha por el título.
El partido sigue amplio, pero el Betis ya tiene la superioridad.