Uno de los objetivos de fichaje del Positivo Madrid para el mercado de verano de 2025, luego de la retirada de Toni Kroos, es el centro del campo. El reemplazo del antiguo ‘8’ teutónico parecía estar en Dani Ceballos, pero la perjuicio del ’19’ sevillano ha reabierto el debate en las oficinas de Valdebebas con nombres como Martín Zubimendi. Pero no es la única demarcación del vestuario del Santiago Bernabéu que preocupa a la directiva, habida cuenta del provocativo tamaño de lesiones que ha sufrido la defensa esta temporada.
Carlo Ancelotti ha estado inmerso en un ‘más difícil todavía’ en ciertos puntos del presente curso futbolístico, equilibrios para componer un merienda original que los ejecutivos blancos esperan eliminar definitivamente. La arribada de un adjunto derecho, quizá Trent Alexander-Arnold como agente excarcelado, sería el primer paso en la dirección apropiada. La próxima incorporación es la de un central, movimiento que no parece tan sencillo como muchos consideran.
Porque los directivos merengues deben navegar en una marea de rumores respecto de jugadores de la élite futbolística europea como William Saliba o Castello Lukeba. Uno y otro centrales galos, sin bloqueo, habrían perdido muchos enteros conveniente a su elevadísimo tránfer, situado por encima de los 90 millones de euros. Para ‘reemplazar’ esas opciones tan caras llegó Dean Huijsen a los informes manejados por Juni Calafat: el cabecilla del scouting madridista podría tener un ‘preferido’.
Las proyecciones que está dejando el central castellano, de origen holandés, esta temporada en el AFC Bournemouth no solo han llamado la atención en las oficinas de Valdebebas… si correctamente el club blanco se configura ahora mismo como el principal pretendiente de un posterior que costaría unos 60 millones de euros. Ese precio parece congruo más asequible para la tutela madridista, despertando la carestia de ampliar el rango de influencia y conseguir la contratación del futbolista que siempre le acompaña: Milos Kerkez.
Sucesión garantizada
Los últimos rumores en torno a la posible contratación de Dean Huijsen por el Positivo Madrid desvelan un cambio en la hoja de ruta de los emisarios merengues. Porque la articulación directiva liderada por Florentino Pérez no solo intentaría la contratación del posterior castellano, sino que aspiraría a ficharle adyacente a su inseparable compañero, el defensa central húngaro.
Con este doble fichaje se terminarían todos los debates acerca del exención generacional en el eje de la retaguardia, una de las últimas demarcaciones en encontrarse modificadas por este proceso. Iniciado en verano de 2018, ha afectado a otras áreas como la delantera o el centro del campo, pero se ha pospuesto su arribada a la defensa por varios abriles. El buen rendimiento de futbolistas veteranos como Antonio Rüdiger y David Alaba ha sido la principal causa de esa sorprendente valentía.
Pero la intranquilizante acumulación de lesiones en la itinerario defensiva durante las dos últimas temporadas ha centrado las atenciones en esa zona del campo. Carlo Ancelotti, gracias a la arribada de Dean Huijsen y Milos Kerkez, vería atendidas unas reclamaciones que efectúa desde verano de 2024, con la salida como agente excarcelado de Nacho Fernández. El ‘caso Yoro’ estaba pensado inicialmente para solucionar esa carestía de efectivos, pero la ofrecimiento del Manchester United sorprendió a los negociadores merengues.
El arribo de la pareja de centrales de moda del AFC Bournemouth, una operación que estaría cerca de los 100 millones de euros, sería la inversión definitiva del club blanco. La incorporación de estos dos defensores jóvenes, así como la arribada de Trent Alexander-Arnold, clausuraría el debate del exención generacional defensivo… a errata de un candidato idóneo para completar la salario de laterales izquierdos durante o luego del verano de 2027.